Cris García: «Australia para mi fue… dejarte llevar»

Hace un año que hacíamos el concurso #YoVoyConAustralianWay, donde tuvimos miles de participantes con ganas de poder cumplir el sueño de venir a estudiar y trabajar a Australia. Luego de un largo proceso y etapas del concurso… dimos con la ganadora. Con un video creativo, currado y divertido, Cris García era la afortunada de venir a cumplir lo prometido. Venir a vivir la experiencia australiana, costo 0!!!

Cuando la conocimos nos dimos cuenta que no nos habíamos equivocado. Una chica encantadora, alegre, responsable y sobre todo dispuesta a venir a disfrutar al 100% de la experiencia! Curiosa, apuntándose a todo, disfrutando de las clases, aprovechando los findes para irse por ahí y estrujar la aventura. Aquí les dejamos un breve resumen de lo que significó este viaje para ella.

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Cris posando con su nuevo mate

Hace un año por estas fechas preparaba la maleta para una de las mayores experiencias de mi vida: viajar sola a Australia para trabajar y estudiar inglés.

Durante muchos años sentí que me iba a quedar con las ganas de vivir algo parecido a un ‘erasmus’, de atreverme a vivir en el extranjero y de hacerlo sola. La oportunidad llegó de la mano de Australian Way y es que, cuando las cosas ocurren, lo hacen por algo.

Desde el minuto uno sentí que el equipo de Australian Way lo tenía todo bajo control: visados, aviones, alojamiento, escuela…. Y pese a que viajaría sola, siempre sentí que había gente que me acompañaba desde España y una familia que ya me esperaba en Sydney.

Y así fue: la más calurosa de las bienvenidas a un país en las antípodas del mío. Nunca he estado tan lejos de casa sintiéndome tan acogida.

La ciudad escogida fue Sydney, capital del estado de Nueva Gales del Sur y escenario de lugares tan emblemáticos como la Sydney Opera House, Harbour Bridge o la surfera Bondi Beach.  

Me alojé en Pyrmont, algo que me venía genial para llegar en 10 minutos caminando a la escuela ©ELCSydeny , situada en pleno centro de la City. Allí, por casualidad, conocí a los mejores compañeros de clase que podría tener. Y es que las mejores cosas suceden así, por casualidad. En seguida conectas con mucha gente de países y culturas distintas porque, al final, todos compartís algo en común: estás lejos de tu familia dispuesto a vivir una gran experiencia de vida. Y créeme cuando digo que lo mejor es compartirla con otras personas, pues además de las cosas increíbles que verás y vivirás, te llevarás amigos/as para siempre.

Las mañanas se pasaban rápidas, clases muy dinámicas (con sus descansos para el café y seguir conociendo gente) y con las tardes por delante para seguir disfrutando y conociendo la ciudad. Sydney está repleta de vida, diversidad cultural, ocio y una perfecta comunicación.

Después de las clases siempre aprovechaba para ver algo que estuviese por la city, probar algún restaurante y planificar los fines de semana.

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Acuario – Clases – Palm Beach – Australian Way

Cuando llegaban los fines de semana, tocaba hacer carretera para seguir conociendo lugares de ensueño. Uno de ellos fue Jervis Bay. Conducir por la izquierda resultó ser más fácil de lo que pensaba (con coche automático) y el alquiler del mismo es bastante económico si lo compartes con amigos. Recorrer kilómetros de bosque desierto, pisar la playa con la arena más blanca del mundo o ver canguros el libertad son sensaciones que no se pueden describir con palabras, ¡tienes que vivirlo!

La buena comunicación de Sydney hace que desde su aeropuerto puedas llegar a cualquier parte del país. Así que otro fin de semana nos escapamos a Brisbane. Si te gusta el arte y la arquitectura, esta es tu ciudad. Edificios impresionantes, calles llenas de vida y música en directo nos hicieron disfrutar al máximo de la capital de Queensland. Pero si algo nos había llevado hasta aquí fue sin duda su santuario de koalas, el más grande de toda Australia donde tienes la oportunidad de abrazar a uno de estos peluditos, algo que no olvidaré nunca.

Si algo recuerdo que llenaba mis días era la idea de no tener tiempo para aburrirme. Siempre había algo que hacer, una fiesta a la que te invitaban, amigos de tus compañeros de piso que llegaban para cenar o un picnic en el parque improvisado. Recorrer Centennial Park, Luna Park, pasar un domingo en Manly, caminar de Cogee a Bondi, la comida tailandesa en Newtown, el atardecer desde Dudley, los fuegos artificiales en Darling Harbour…

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Dudley Page Reserve – Palm Beach – On the road – Hyams Beach – Jervis Bay

Al final las circunstancias hicieron que mi experiencia terminase antes de tiempo. Quedaron muchas cosas por hacer allí (qué grande y qué bonito país para seguir descubriendo…) pero sigo pensando que todo pasa por algo y sigo sintiéndome increíblemente afortunada de todo lo que viví.

Y es que Australia para mí fue eso, dejarte llevar y disfrutar, de lo que ves, de lo que vives y, sobre todo, de la gente que conoces!!!

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